James Cameron contra el Abismo Challenger

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Cameron y el Deepsea Challenger
Cameron y el Deepsea Challenger
Cameron y el Deepsea Challenger
Cameron y el Deepsea Challenger

Por Erick Díaz
Para NaviLoop

El obscuro y vasto océano aumenta la tensión dentro de un pequeño submarino de doce toneladas, mientras desciende lentamente en una grieta que es 120 veces más grande que el Gran Cañón y en la cual cabría cómodamente el Monte Everest, dejando aún más de kilómetro y medio de sobra en altura.

La misión de la nave, llamada Deepsea Challenger, es recolectar muestras biológicas y geológicas de un lugar tan inóspito y aislado, que prácticamente es un ambiente alienígena dentro de nuestro propio planeta; detrás de los controles, en una minúscula cabina, esta el conocido James Cameron, que esta vez no esta dirigiendo una nueva súper producción, sino que se encuentra en una expedición muy real, nada más y nada menos, que al punto más profundo del océano.

Es sólo la segunda vez que el ser humano ha tocado el fondo del Abismo Challenger, la primera oportunidad fue en el ya lejano 1960, una proeza a cargo del científico suizo Jacques Piccard y que en aquel entonces fue calificada incluso de locura. La aventura casi llego a terminar en tragedia, cuando la nave llamada Trieste, empezó a sucumbir ante las extremas condiciones del ambiente submarino, al crujir y agitarse violentamente cuando “apenas” alcanzaba los 9,000 metros de profundidad. Valientemente la tripulación decidió continuar con el descenso, un largo viaje de casi cinco horas, que terminó con una incursión al desconocido fondo marino, pero el temor a que la nave no resistiera la inmensa presión de las profundidades, forzó a que esta tuviera una duración de apenas unos 20 minutos.

Lamentablemente no pudieron observar mayor cosa, esto debido al denso sedimento que agitaron durante el mismo descenso, aunque aseguraron observar peces nadando alrededor de la nave, reporte que fue toda una sorpresa para el medio científico, que no esperaba a seres vertebrados sobreviviendo a tan altas presiones.

Después de un ascenso de tres horas de duración, ya en la superficie, se percataron del verdadero peligro que vivieron en las profundidades, el crujir  de la nave fue causado por una de las ventanas del submarino, que no resistió la presión y sufrió un severo daño, pero, afortunadamente no colapso completamente y resistió para Jacques Piccard y su acompañante Don Walsh volvieran a la superficie a salvo.

Posteriormente, se dieron dos excursiones realizadas por submarinos operados remotamente, el primero, llamado Kaikō, fue enviado por Japón y se sumergió en 1995, tocando fondo a los 10,911 metros, catorce años después el Nereus fue enviado por Estados Unidos en una misión de exploración, esta vez, el vehículo alcanzo una profundidad de 10,902 metros.

El 25 de marzo del 2012, James Cameron, reconocido por su inmenso éxito cinematográfico con Titanic, Avatar y otros éxitos de taquilla, dejo la silla de director y tomo el asiento de capitán y piloto de un submarino que el mismo ayudo a diseñar. La cabina esférica de la nave mide solamente 1 metro de diámetro, con apenas espacio para una persona y cuenta con paredes de acero de 6.5 centímetros de grosor. El vehículo completo mide 7.3 metros de largo y fue creado específicamente para desentrañar los secretos del Abismo Challenger.

El descenso inicio a las 5:15 de la mañana, hora local, a 320 kilómetros de la isla de Guam, en medio del Océano Pacífico, ¡Liberen, liberen, liberen! exclamó Cameron, para así iniciar la peligrosa travesía. Por allí de las 10 de la mañana se anunció, a través de la cuenta oficial de Twitter, que el director supero los 4,305 metros, profundidad a la que se encuentra hundido el célebre trasatlántico Titanic. Para eso del medio día finalmente era un hecho, Cameron era la primera persona en solitario, en alcanzar al punto más profundo del océano con un récord de 10,898 metros de profundidad, donde inicio el estudio del fondo marino. Debido a un mal funcionamiento en los propulsores y equipo hidráulico de la nave, Cameron decidió acortar su estadía en el abismo a solo unas 3 horas, de las 6 previamente planeadas.

El Deepsea Challenger emergiendo
El Deepsea Challenger al momento de emerger a la superficie.

La hazaña concluyó para las 16:00 horas, cuando el Deepsea Challenger apareció en la superficie y del cual emergió Cameron, que fuera recibido en medio de felicitaciones y la euforia del momento. Un evento histórico y sin paralelo donde un visionario que nos ha llevado continuamente a mundos imaginarios, ahora nos muestra en la realidad uno de los puntos prohibidos para el ser humano.

Respaldado con una fortuna sin igual, fruto de su éxito en taquilla, James Cameron cual Capitán Nemo moderno, puede decir simplemente que esta viviendo el sueño de cualquier explorador y aventurero.

Puedes seguir la cuenta oficial de Twitter para encontrar más información sobre la expedición.